
La Repsol es denunciada en varios países por no estar comprometida con el medio ambiente, además de no ofrecer las condiciones laborales justas para sus trabajadores. Los colectivos españoles Paz con Dignidad, de Madrid, y Repsol Mata, de Barcelona, en España, están unidas en una campaña contra la empresa. Estas dos organizaciones piden para que los accionistas de la Repsol vendan sus acciones o denuncien las irregularidades en la junta de los accionistas
Entre las denuncias destacan las condiciones laborales de sus trabajadores en todo el mundo. Por ejemplo, en la refinería la Pampilla en Perú se despidieron 120 trabajadores y el número de los que pierden su trabajo aumenta a cada año, además los salarios no aumentaron en cuatro años. En Ecuador sus empleados tienen los sueldos más bajos de la industria petrolera con jornadas de hasta 15 horas diarias en las que no se pagan horas extras. En España, los repartidores de gas de cocina, en su mayoría inmigrantes, hacen su trabajo de forma gratuita y se ven obligados a vivir de las propinas. En Mosconi y Tartagal, en Argentina, el 70% de la población resultó desempleada tras la privatización de YPF y los sueldos bajaron de 1.200 para 200 dólares.
En cuanto a cómo evoluciona la calidad de vida en las zonas donde Repsol inicia su trabajo de explotación, los organizadores de la campaña informan que el 80% de los indígenas Huaorani de Ecuador es portadora de hepatitis, como resultado de la explotación petrolífera. También se han producido un número importante de muertes de estos indígenas por consumir agua contaminada de los pozos de Repsol-YPF. El aumento de metales pesados en la sangre de los mapuches argentinos es resultado del entierro de los desechos de producción de la Repsol, sin ningún tratamiento previo.
En otros países latinos, como en Perú, los empleados de la refinería la Pampilla viven en paupérrimos barrios de hojalata. En Colombia, se instalan bases militares y retenes para controlar los pozos, participando de las masacres paramilitares y amenazas de muerte a los sindicalistas. Su impacto medioambiental también es catastrófico. Repsol es la segunda inversora del oleoducto de crudos de Ecuador que atraviesa varias áreas naturales protegidas y zonas de alto riesgo sísmico, implicando un impacto a la biodiversidad y a recursos indispensables como el agua. En Bolivia, los ríos amazónicos donde pescaban los chimanes están contaminados debido a la actividad de la multinacional.
En el territorio mapuche argentino, se cuantificaron 630 mil metros cúbicos de suelo contaminado, valores altísimos de constituyentes peligrosos como el cromo, plomo, arsénico, naftaleno, pireno y compuestos aromáticos en capas de suelo de hasta seis metros de profundidad. Las aguas están en un 50% contaminadas con valores de metales pesados, hidrocarburos y fenoles que superan los límites legales.
Por todo ello, los organizadores de la campaña hacen un llamamiento a dejar de consumir sus productos y combustibles, a difundir las denuncias contra empresas petroleras y a trabajar por una autogestión energética limpia.
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