lunes, 25 de febrero de 2008

Ikea y la esclavitud infantil


No hay misterio, los precios que ofrece la multinacional sueca obedecen a una mano de obra muy barata en los países del llamado tercer mundo. Los datos de que, además, en muchos casos es sencillamente explotación infantil, tampoco sorprenden. Muy indignados los directivos de la empresa han hecho llegar a la opinión pública un código de conducta que suena a burla. Es muy posible que sigan abriendo establecimientos en cuanta ciudad le regale suelo y golpes en la espalda, pero el sello de que detrás de ellos hay un complejo de explotación, no se lo quita nadie.

Después de que varios reportajes televisivos mostraran a niños trabajando para subcontratistas de Ikea en India, Vietnam, Filipinas o Pakistán (donde incluso se les encadenaba a las máquinas), la empresa de la familia Kamprad creó un código de conducta que en la práctica no es más que papel mojado...Ikea t’estima. Un model per desmuntar), de Olivier Bailly, Jean-Marc Caudron y Denis Lambert.En su ya clásica exposición del capitalismo tardío, Ernst Mandel caracterizó al capitalismo transnacional como un sistema basado en la incesante rotación del capital. "La lógica del capitalismo tardío -escribió- conduce necesariamente (...) a convertir el capital ocioso en capital de servicios y simultáneamente a reemplazar el capital de servicios por capital productivo, en otras palabras, servicios por mercancías: servicios de transporte colectivo por automóviles privados; servicios de cine y teatro por equipo privado de televisión; mañana, programas de televisión e instrucción educativa por video-cassettes. No hay necesidad de subrayar los peligros que implica esto para el medioambiente a causa del desmesurado crecimiento de esta montaña de mercancías.

"El hipermercado, esa gran superficie de aspecto anodino que salpica nuestra periferia conurbana, es la mejor representación de esa "inmensa acumulación de mercancías" de la que hablaba ya Marx, de esa "inmensa reunión, bajo un mismo techo, de más de lo que cualquier persona podría comprar [y cuya sola] mera masa de objetos estimula el deseo", como ha escrito recientemente el sociólogo británico Richard Sennett. Ikea es, qué duda cabe, uno de los mayores exponentes de este modelo.Este libro tiene la virtud de ser breve y ameno. Bailly, Caudron y Lambert -periodista y activistas de ONG respectivamente- escudriñan al gigante sueco del mueble hasta allí donde se lo permite la opacidad de esta exitosa empresa. Fundada en 1943 por Ingvar Kamprad (un calvinista cicatero que mantuvo nueve años de amistad, entre 1941 y 1950, con Per Engdahl y Sven Olov Lindholm, líderes del movimiento neosueco pronazi), Ikea facturó en el 2005 14.800 millones de euros y recibió ese mismo año a 410 millones de clientes en sus 220 establecimientos repartidos por todo el mundo, que dan trabajo a más de 90.000 empleados. La inauguración de un centro comercial en Arabia Saudita el 1 de septiembre del 2004 provocó una auténtica avalancha humana que terminó con veinte hospitalizados por desmayos, dieciséis heridos y dos muertos.

Sorprendentemente para estas cifras, Ikea es una de las pocas empresas de su tamaño que no cotiza en bolsa, y una complicada red financiera la sostiene. Lo hace a través de la Stitching Ingka Foundation (radicada en Holanda, lo que no deja de ser curioso en una empresa que hace del chovinismo sueco bandera), asociada a la Stichting Ikea Foundation, poseedora de Ingka Holding, que agrupa a todas las empresas de Ikea. Ingka Holding está gestionada a su vez por Ikea International (con sede en Dinamarca), que es la encargada de asegurar las compras, la distribución, la venda y en ocasiones la producción misma del producto. Inter Ikea Systems (con sede en Delft, Holanda), subsidiaria de aquella en el organigrama de la empresa, es la compañía propietaria de la marca Ikea (su imagen).

IKANO, una organización paralela, agrupa a todas las sociedades que no están integradas en Ingka Holding, y cuya sedes son, invariablemente, paraísos fiscales. Comprenne qui pourra.Al terminar la lectura de Ikea t’estima uno no puede más que llevarse la impresión de que esta influyente empresa -que, no lo olvidemos, amuebla los interiores de la mayor parte de los hogares occidentales- reúne en grado sumo, bajo su impecable imagen corporativa azul-y-amarilla, todas las características negativas que uno asocia a una corporación capitalista, a saber: explotación laboral, destrucción del medio ambiente, embotamiento del espíritu de la población.Explotación laboral, tanto en los países productores del Tercer Mundo como en los trabajadores del Primero. Después de que varios reportajes televisivos mostraran a niños trabajando para subcontratistas de Ikea en India, Vietnam, Filipinas o Pakistán (donde incluso se les encadenaba a las máquinas), la empresa de la familia Kamprad creó un código de conducta que en la práctica no es más que papel mojado, pues los trabajadores de los 1.300 subcontratistas que proporcionan sus productos a Ikea tienen prohibido el derecho a la sindicación (algunos incluso nunca han oído hablar de ello) y trabajan una media de quince horas al día (de las ocho de la mañana a las once de la noche) sin contar las horas extra y el horario nocturno, frecuente cuando se acelera el plazo de entrega de los pedidos. Muchos de los obreros que viven lejos de la fábrica duermen directamente en sus puestos de trabajo para no perder tiempo en desplazamientos, que les sería descontado del sueldo. Por si fuera poco, son los trabajadores, y no la empresa, quienes corren con los gastos en seguridad médica, descontados de sus 36€ mensuales de salario.

Si lo hacen es, entre otras cosas, porque ponerse enfermo en una factoría de Bangla Desh o India significa uno o dos días sin sueldo. El grueso de las auditorias a estos subcontratistas lo realiza el Compliance and Monitoring Group de Ikea con lo que, como afirman los autores, sería como si un alumno de instituto se encargase de su propia evaluación. Más cerca de nosotros, Ikea ha destacado fomentando el trabajo precario entre jóvenes y estudiantes, o rompiendo huelgas (en Bélgica un bono de compra en una tienda de electrodomésticos a los trabajadores que permanecieran en su puesto de trabajo el día de la huelga), pero tiene su peor antecedente en una circular interna de la compañía en Francia firmada por el director de marketing, que aconsejaba no contratar a trabajadores de color porque "tienen menos posibilidades, y aquí de lo que se trata es de avanzar rápido." Según un sindicalista citado por el diario L’Humanité, el director de un Ikea parisino declaró a la prensa en 1997 que querían reforzar "su imagen nórdica" y que por esa razón no iban a poner "personas de origen extranjero en contacto con la clientela." Se pidió a Ikea que desmintiera estas acusaciones, pero los responsables de la compañía -me disculparéis la broma- se hicieron los suecos.Destrucción del medio ambiente. Después de los escándalos que estallaron en Dinamarca y Alemania en los 80 por la presencia de formaldehído y otras sustancias tóxicas en sus productos, el origen de la madera de los muebles expuestos en Ikea sigue siendo, en su mayor parte, de procedencia dudosa y, con toda probabilidad, talada sin ningún control en los bosques de Rusia o China.

Sólo en el 2005 se calcula que esta madera de naturaleza incierta alcanzaba los 640.000 metros cúbicos. La voracidad maderera del coloso sueco se retroalimenta con su estrategia empresarial de obsolescencia planificada, pues ninguno de sus productos está diseñado para durar más de dos temporadas y, aún haciéndolo, su poderosa maquinaria publicitaria tratará de convencer a sus fieles compradores de lo contrario, pues uno de sus mayores logros estriba precisamente en haber sustraído el valor patrimonial del mueble para convertirlo en un producto de consumo. Pero el expediente ecológico de Ikea no termina aquí. Su modelo de grandes superficies en el extrarradio obliga a los clientes al desplazamiento en automóvil con lo que, de las más de dos toneladas ( 2.808.424, exactamente) de CO2 que Ikea libera anualmente, el 56% es imputable a los compradores.Embotamiento del espíritu de la población. La extensión y creciente hegemonía del diseño Ikea, del mueble de líneas y madera clara, uniformiza los interiores de los hogares, narcotiza la creatividad de los diseñadores y elimina progresivamente las particularidades culturales de cada nación, un patrimonio humano que era garantía de diversidad. Lo peor es que Ikea ni siquiera representa el diseño sueco, sino su propio diseño, el diseño Ikea, y con él pretende crear un mundo a su imagen y semejanza. Para los trabajadores de los centros comerciales resulta igualmente alienante, como escriben los autores de este libro, "pasar su jornada laboral disfrazados de canario y rodeados de cocinas", realizando una "actividad monomaníaca en la tienda alineando decenas de miles de vasos o centenares de palillos" en lugar de "un trabajo de dimensión humana que ofreciera actividades más variadas".

La publicidad, uno de los pilares fundamentales de la compañía, promueve a macha y martillo el consumo irracional, con consecuencias funestas no sólo para el medioambiente, sino para los cada año más endeudados hogares europeos.Y si después de todo este cahier de doléances alguien todavía puede creer en las bondades de la ideología de un mercado libre completamente desbocado (el sistema que, según nos repiten con insistencia, asegura la libertad personal a través del consumo), bandera que Ikea enarbola orgullosamente, no está de más recordar que el 75% de Habitat, la principal competidora de Ikea, está en manos de la familia Kamprad. El otro 25% lo posee la Stitching Ikea Foundation. Todo queda en familia y el monopolio se disfraza de falsa libertad de elección.Uno de los platos que nunca falta en los comedores de Ikea son las albóndigas (suecas, naturalmente). Según parece, incomestibles. Pero viendo lo que hace con sus empleados y el medio ambiente, esta carne triturada es el menor de sus pecados. Espeluznante y a la vez trágico. No hay paz sin justicia, bueno, sí, la paz de los cementerios

viernes, 22 de febrero de 2008

Bacardi, un mal trago


Las razones son:

1) Barcardi forma parte de la estructura empresarial de la poderosa mafia de extrema derecha de Miami.

2)Ha financiado operaciones para endurecer el bloqueo que asfixia a 11 millones de cuabanos.

3) Altos directivos de Bacardi han financiado acciones terroristas en Nicaragua (los contras), Angola (UNITA) y continuan financándolas contra Cuba.

4) Los abogados de Bacardi ayudaron a redactar la Ley Helms-Burton, también conocida como Ley de Protección Helms-Bacardi.

5) Bacardi ha intentado robar patentes cubanas (Havana Club).

6) Utiliza de forma engañosa la publicidad, para hacer creer que es cubano: la realidad es que hace más de 40 años que Bacardi está fuera de Cuba.

STOP NIKE - REEBOOK



El 99% de las zapatillas deportivas NIKE se fabrican en países de Asia. Esta empresa utiliza en la
actualidad unas 40 fábricas. En los últimos años ha cerrado cerca de 20 fábricas, buscando pagar
los salarios más bajos posibles a los trabajadores y trabajadoras de estos países. Hasta hace
poco los productos se fabricaban en Corea del Sur o Taiwan, anteriormente se habían retirado de
Filipinas y Malasia, al igual que de Inglaterra o Irlanda. Actualmente han trasladado sus
producción a zonas donde se paga menos como China, Indonesia o Tailandia.
Los contratistas que dirigen las fábricas en Indonesia y en China no se preocupan de las leyes
laborales ni de los mínimos salariales. De acuerdo a los datos que facilita la Fundación Made in
USA, una coordinadora de organizaciones norteamericanas que lucha contra los abusos
laborales a niños y niñas, en la fabricación de las zapatillas se emplea mano de obra infantil con
edades que rondan los 11 años y con sueldos de 18 pesetas la hora.

Los salarios que paga NIKE en Indonesia por TODOS sus trabajadores/as no llegan a alcanzar los 20 millones de dólares. Esta cifra es inferior al
contrato que la firma mantiene con Michael Jordan, para publicitar sus productos.

El coste del trabajo, para NIKE, por fabricar unas zapatillas no alcanza las 100 pesetas por cada par. El precio de ventas de unas zapatillas AIR
JORDAN de NIKE en los Estados Unidos es de 16.000 pesetas.

André Agassi, el famoso tenista, gana cerca de 10 millones de dólares al año. La mayor parte de sus ingresos no proceden de jugar al tenis sino
de la publicidad, por la que recibe el cuádruple que por jugar. Una de las firmas que promociona es precisamente NIKE, con esta firma ha llegado
a un acuerdo por el que cobrara 100 millones de dólares a lo largo de los próximos 10 años.

"Y si la criminalidad es global, ¿por qué no va a serlo también la responsabilidad social? Reebok acaba de proponerle a NIKE una alianza para desterrar el trabajo infantil: las dos firmas han sido acusadas de contratar niños en los países pobres. Hoy han sido acusadas de contratar niños en los países pobres. Hoy me he desanudado mis zapatillas deportivas con desasosiego: tal vez estas botas hayan sido confeccionadas en Pakistán por deditos morenos, flacos y mugrientos que luego recibirán un sueldo de miseria; y aún es peor si no lo reciben, porque se mueren de hambre"

ADIDAS



Siete millones de canguros adultos SON masacrados para la industria del cuero y la carne. La compañía que apoya más directamente esta matanza es Adidas, al utilizar la muy valiosa piel de canguro en sus zapatillas de fútbol.

Esta empresa, junto al gobierno de Australia, justifican esta carnicería arguyendo que los canguros destruyen cultivos de trigo y degradan los pastos del ganado. Estudios científicos actyuales muetran que en un 90% de los cultivos de trigo jamás se ha visto un canguro, y que estos causan un muy pequeño impacto en los pastizales.

Lo que es peor, las grandes demandas de piel por parte de Adidas y otros fabricantes de calzado, amenazan también a la más grande de las especies de este animal: el canguro rojo. Las matanzas se realizan por la noche sin ningún tipo de monitoreo. Muchos animales no mueren con el disparo, y se les cuelga en ganchos de acero dentro de camiones mientras aún están vivos. Esta es la masacre más grande de vida salvaje nunca antes vista.

¿Y POS SUPUESTO Y MÁS IMPORTANTE, QUE DECIR DE LOS MILES DE NIÑOS EXPLOTADOS POR MANO DE OBRA BARATA??

NO COLABORES !!

jueves, 21 de febrero de 2008

INDITEX


Inditex (Propietaria de Zara, Bershka, Stradivarius, Massimo Dutti, Oysho, Pull&Bear, Zara Home, Kiddy’s Class); tales como sobrecarga de trabajo a talleres para llevarlos a bancarrota y después comprarlos, jornadas de trabajo infrahumanas a costurer@s, responsabilidad de problemas de anorexia y bulimia en adolescentes, púberes y hasta niñ@s por sus tallas reducidas en Europa, entre otras cosillas.
… Zara es la marca más visible del Grupo Inditex, de una cadena de tiendas de ropa, propiedad del español Amancio Ortega (el hombre más rico de España) cuya inmobiliaria está financiando la mitad del proyecto de la Torre Bicentenario, la cual si se hace le quitaría terrenos al Bosque de Chapultepec

Repsol


La Repsol es denunciada en varios países por no estar comprometida con el medio ambiente, además de no ofrecer las condiciones laborales justas para sus trabajadores. Los colectivos españoles Paz con Dignidad, de Madrid, y Repsol Mata, de Barcelona, en España, están unidas en una campaña contra la empresa. Estas dos organizaciones piden para que los accionistas de la Repsol vendan sus acciones o denuncien las irregularidades en la junta de los accionistas

Entre las denuncias destacan las condiciones laborales de sus trabajadores en todo el mundo. Por ejemplo, en la refinería la Pampilla en Perú se despidieron 120 trabajadores y el número de los que pierden su trabajo aumenta a cada año, además los salarios no aumentaron en cuatro años. En Ecuador sus empleados tienen los sueldos más bajos de la industria petrolera con jornadas de hasta 15 horas diarias en las que no se pagan horas extras. En España, los repartidores de gas de cocina, en su mayoría inmigrantes, hacen su trabajo de forma gratuita y se ven obligados a vivir de las propinas. En Mosconi y Tartagal, en Argentina, el 70% de la población resultó desempleada tras la privatización de YPF y los sueldos bajaron de 1.200 para 200 dólares.
En cuanto a cómo evoluciona la calidad de vida en las zonas donde Repsol inicia su trabajo de explotación, los organizadores de la campaña informan que el 80% de los indígenas Huaorani de Ecuador es portadora de hepatitis, como resultado de la explotación petrolífera. También se han producido un número importante de muertes de estos indígenas por consumir agua contaminada de los pozos de Repsol-YPF. El aumento de metales pesados en la sangre de los mapuches argentinos es resultado del entierro de los desechos de producción de la Repsol, sin ningún tratamiento previo.
En otros países latinos, como en Perú, los empleados de la refinería la Pampilla viven en paupérrimos barrios de hojalata. En Colombia, se instalan bases militares y retenes para controlar los pozos, participando de las masacres paramilitares y amenazas de muerte a los sindicalistas. Su impacto medioambiental también es catastrófico. Repsol es la segunda inversora del oleoducto de crudos de Ecuador que atraviesa varias áreas naturales protegidas y zonas de alto riesgo sísmico, implicando un impacto a la biodiversidad y a recursos indispensables como el agua. En Bolivia, los ríos amazónicos donde pescaban los chimanes están contaminados debido a la actividad de la multinacional.
En el territorio mapuche argentino, se cuantificaron 630 mil metros cúbicos de suelo contaminado, valores altísimos de constituyentes peligrosos como el cromo, plomo, arsénico, naftaleno, pireno y compuestos aromáticos en capas de suelo de hasta seis metros de profundidad. Las aguas están en un 50% contaminadas con valores de metales pesados, hidrocarburos y fenoles que superan los límites legales.
Por todo ello, los organizadores de la campaña hacen un llamamiento a dejar de consumir sus productos y combustibles, a difundir las denuncias contra empresas petroleras y a trabajar por una autogestión energética limpia.

stop Nestle


UNICEF estima que actualmente cerca de un millón y medio de niños mueren todos los años debido a los efectos, directos o indirectos, de la alimentación con biberón. En este artículo actualizamos la situación del boicot a las empresas que, sin escrúpulos, potencian la leche en polvo, del cual ya hablamos en mayo de 1992. Se sabe desde hace mucho tiempo que la leche humana contiene anticuerpos de la madre que protegen al niño de muchas infecciones, en particular el calostro, segregado por la madre en los primeros días que siguen al nacimiento y que actúa como un potente producto antiinfeccioso. Además la leche materna contiene la totalidad de elementos nutritivos que necesita el bebé. Lo ideal es no darle ningún complemento durante los cuatro o seis primeros meses de vida, ni siquiera agua. Por el contrario, la lactancia artificial supone la utilización de agua, un agua raramente pura en el Tercer Mundo. Es necesario hervirla al menos durante 20 minutos para eliminar de ella todos los microorganismos. ¿Con qué energía, salvo la madera u otro combustible comprado a un alto precio? Es necesario también que la familia disponga de los medios para adquirir los botes de leche a falta de los cuales es muy grande la tentación de diluir exageradamente el polvo y ahí comienza la mala nutrición.Los riesgos inherentes a la lactancia artificial son, por tanto, dobles: provoca por una parte múltiples agresiones microbianas, virales y parasitarias debido al agua sucia, al biberón no desinfectado, a la ausencia de medios de conservación; entraña, por otra parte, una malnutrición masiva debida a la excesiva dilución de la leche en polvo.Una gran mayoría de ese millón y medio de niños que mueren, fallecen por deshidrataciones diarreicas, pero también por enfermedades respiratorias cuya gravedad se habría atenuado con la alimentación maternal.Las multinacionalesFue a comienzo de los años 70 cuando apareció, en toda su crudeza, la estrategia de las grandes multinacionales para difundir la venta masiva de la leche en polvo. Estas multinacionales, auténticos gigantes económicos, no repararon en gastos publicitarios para conseguir su objetivo. Nestlé, por ejemplo, gasta en publicidad más que todo el presupuesto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y tiene una cifra de negocios mayor que el presupuesto de Suiza. Cuando estas multinacionales empezaron con su campaña para difundir la leche en polvo, se encontraron el obstáculo considerable de que en muchos países, especialmente del Tercer Mundo, las madres se empeñaban en seguir amamantando a sus hijos. Por ello la leche en polvo no representaba más que una fracción mínima de la cifra de negocio total de esas firmas —menos del 10%, por ejemplo, en el caso de Nestlé- mientras que el resto de sus actividades experimentaban un crecimiento exponencial. Para solucionarlo decidieron acudir a los hospitales y clínicas donde las madres daban a luz y hacer donaciones masivas de leche en polvo, tetinas y todos los medios necesarios para preparar los biberones. Así, millares de representantes con bata blanca, acudieron a las clínicas del Tercer Mundo para convencer a las madres de la superioridad de la leche en polvo frente a la lactancia materna. Idéntica estrategia se utilizó respecto al personal de los hospitales, gratificado con primas y regalos.A su vez las campañas de propaganda comercial han procurado llevar a la mente de la población la idea de que la lactancia artificial no sólo era igual, sino superior, a la materna. Los niños, según aquellas propagandas, se desarrollaban y crecían mejor, si cabe, que con la leche de la madre quien podía continuar con todas sus actividades sin limitaciones al no tener que estar sujeta a dar el pecho. Tal perfección se había llegado a conseguir con las fórmulas lácteas, que para algunas de ellas se acuñó el más que confuso término de "leches humanizadas" y "leches maternizadas". La propaganda llegó a límites abusivos. Las madres regresaban a sus casas repletas de leche en polvo, biberones, tetinas, de los métodos para usarlos y, lo que es peor, de la convicción de que su niño se criaría mejor gracias a la leche industrial. Fue lo que no tardó en llamarse la "cultura del biberón". Una vez fuera del hospital, donde no existen más obsequios de leche, se ven obligadas a comprarla a un precio que puede suponer más del 50% de los ingresos familiares. En Somalia, por ejemplo, el salario semanal de un médico no es suficiente para comprar dos envases de la leche que necesita un bebé durante seis días.Génesis del boicotA comienzo de los años 70 los militantes concienciados respecto a esta situación se organizaron y en 1974 se publicó en Gran Bretaña primero, y luego en Suiza un ensayo con un título deliberadamente provocador Nestlé mata a los bebés que valdría a sus autores un proceso por difamación. Nestlé, al obtener dos años más tarde la condena de los autores del ensayo tan sólo conseguía un éxito a medias pues el tribunal acompañó su decisión con un comentario desprovisto de cualquier ambigüedad "Si la parte civil (Nestlé) quiere ahorrarse en el futuro el reproche de una conducta inmoral deberá modificar profundamente su forma de publicidad". Así, bajo la coordinación de un grupo denominado International Baby Food Action Network (Red Internacional para la Alimentación Infantil) se comprometieron en un boicot a Nestlé, muy activo en América del Norte. Pero había que seguir avanzando y en particular concebir un código de conducta destinado a regular las prácticas de la industria de la leche. Por fin el 24 de mayo de 1981, 118 países del mundo adoptaban este código durante la Asamblea Mundial de la Salud, con las abstenciones de Argentina, Corea del Sur y Japón, y el único voto en contra de los Estados Unidos. El código internacional preveía, entre otras cosas, prohibir cualquier publicidad, visible o subliminal, a favor de la leche en polvo, especialmente en los establecimientos de salud; prohibir toda distribución de productos gratuitos incluso bajo forma de muestras; mencionar sistemáticamente la superioridad de la leche materna en todos los botes vendidos en los comercios. Todos los países miembros de la Organización Mundial de la Salud fueron invitados a integrar en sus legislaciones las principales disposiciones del código. La industria, presionada de esta forma, firmó el código anunciando a continuación que velaría directamente para que sus miembros lo aplicaran. Durante algunos años las prácticas comerciales fueron desterradas y el boicot al Nescafé, el producto estrella de Nestlé, se atenuó.Nueva violación del códigoLa Iglesia de Inglaterra en 1994 anunció que iba a reexaminar el informe y para ello creó, junto a otras 27 organizaciones la Interagency Group on Breastfeeding Monitoring (Grupo coordinador para el seguimiento de la lactancia materna). Se trataba de poner el acento en la aplicación del código, gracias a una investigación en profundidad. Esta se llevó a cabo en 1996 en cuatro países: Sudáfrica, Bangladesh, Polonia y Tailandia, con ochocientas madres jóvenes en cada nación y 120 agentes de salud, en 40 establecimientos.Los resultados demuestran que 32 sociedades comerciales entre las que figuran Nestlé, Abott-Ross, BSN, Heinz, Gerber (Sandoz), Johnson, etc. violan todos los códigos de conducta. Todas ellas siguen distribuyendo publicidad que da una imagen negativa de la crianza materna y presenta la leche en polvo como preferible para la alimentación; todas ellas siguen distribuyendo muestras y botes de leche y envían su personal a las maternidades para repartir información